lunes, 9 de julio de 2012

Entre lo ridículo, lo Realista y lo Inimaginable.

Si yo pinto mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.

Johann Wolfgang von Goethe

Hace años llevo el intento de escribir una novela que fuera un best-seller. Quiza no en ventas, pero al menos en lecturas. Con esto de la Internet.

La vez que estuve mas cerca de eso fue a los catorce años, unica ocasión en mi vida (por ahora) en la que pude terminar una novela.
Trataba sobre como unos niños de diez años habian podido abolir la caza furtiva de zorro en su poblado natal.
Aquellos papeles estampados con el gato Gardfiel terminaron  (como suma consumacion de mi fracaso literario), incendiados en el patio trasero de mi casa.

¿Donde fallé? Era mi frase preferida cada vez que pensaba en ello.
¿Como unos chiquitos, aun en esta epoca de prodigios, iban a poder contra una mafia, por local que esta fuera?
Según yo, mi equivocación  residia en haber creado algo demasiado imposible.

Ahora, viendolo de una perspectiva más adulta, veo cual fue realmente mi fallo.

Mi gran error fue dudar.

Si hubiese sido facilmente imaginable, todo mi trabajo estaba de más.
Si hubiera sido facilmente predecible, hubiera sido tiempo perdido.

Si lo hubiera hecho completamente verosimil, hubiera perdido su capacidad artistica.

Ya no puedo, desde luego, rearmar aquellas cenizas.

Puedo, sin embargo, instar al genio a que arda nuevamente.






No hay comentarios:

Publicar un comentario