Jamás, jamás (creo) he escrito en un diario intimo el encabezado "querido diario", asi que quiza sea un poco hipócrita de mi parte la imagen que acompaña estas lineas, pero al menos es ilustrativa.
Antes de descrubrir (y saber manejar, vamos) los medios interactivos de nivel computacional, la pluma y el papel eran mis confidentes preferidos.
La libertad que uno obtiene a traves de escuetos trazos en el papel es sublime. El peso que uno se quita es enorme.
Fantasias sordidas, sueños imposibles, penas ocultas... Todo ello recibe el diario intimo, sin cuestionamientos ni reproches. Sin más seguridad que un cálido refugio bajo la almohada, o quiza un candado que un hermano hábil con las herramientas puede abrir fácilmente. (si ese es tu caso, te recomiendo soltare en páginas sueltas, y quemarlas luego... ¡Cero riesgo de ojos indiscretos!)
¿Por qué contarselo al papel?
Creo que ya esta respondido más arriba, además de que es uno de mis métodos para auto-levantarme el animo. (Ver aquí)
Suerte y dejense llevar por la magia de las palabras.